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La Opinión Pública: Habermas, Neumann y De Angelis

  • talleresrn3
  • 12 oct 2023
  • 18 Min. de lectura

LA OPINIÓN PÚBLICA EN LAS TEORÍAS DE JURGUEN HABERMAS, NOELLE-NEUMANN Y CARLOS DE ANGELIS


Estos tres enfoques teóricos ofrecen perspectivas diferentes sobre cómo se forma y se moldea la opinión pública. La teoría de la acción comunicativa de Habermas se centra en la deliberación racional, la teoría de la espiral del silencio de Noelle-Neumann destaca la dinámica social y el temor a la exclusión, mientras que la teoría de la comunicación política de De Angelis resalta la influencia de los medios y las estrategias políticas en la opinión pública.


Jürgen Habermas: Teoría de la Acción Comunicativa

Habermas es conocido por su teoría de la acción comunicativa, que se centra en la importancia de la comunicación en la formación de la opinión pública. Él argumenta que la comunicación es fundamental para el entendimiento y la cooperación en la sociedad. Habermas distingue entre dos tipos de acción comunicativa: acción estratégica y acción comunicativa. La acción estratégica se refiere a la comunicación orientada a la consecución de objetivos personales, mientras que la acción comunicativa implica la búsqueda de consenso y la comprensión mutua. La esfera pública, según Habermas, es el espacio donde se desarrolla la discusión racional y se forma la opinión pública a través de la deliberación democrática.

Elisabeth Noelle-Neumann: Teoría de la Espiral del Silencio

Noelle-Neumann introdujo la teoría de la espiral del silencio, que se centra en cómo las personas perciben la opinión pública y cómo esto afecta su disposición a expresar sus propias opiniones. Según esta teoría, las personas tienden a ocultar sus opiniones minoritarias por temor al aislamiento social. Por el contrario, las opiniones mayoritarias se expresan más abiertamente. La espiral del silencio sugiere que la opinión pública dominante tiende a ganar fuerza y que las voces minoritarias pueden quedar marginadas.


Carlos De Angelis: Teoría de la Comunicación Política

Carlos De Angelis se centra en la comunicación política y cómo influye en la formación de la opinión pública. Su enfoque se basa en la idea de que los medios de comunicación, las campañas políticas y otros factores juegan un papel importante en la construcción de la opinión pública. De Angelis explora cómo la retórica política y la manipulación de la información pueden influir en las percepciones de las personas y en sus opiniones sobre cuestiones políticas y sociales.


Veamos algunos ejemplos de cada uno de los enfoques teóricos sobre la opinión pública, basados en los autores que mencionaste:

● Jürgen Habermas y la Teoría de la Acción Comunicativa

Ejemplo: Debate público sobre el cambio climático. En este caso, el enfoque de Habermas se hace evidente en la forma en que la sociedad se involucra en un debate público sobre el cambio climático. Las personas participan en discusiones racionales, intercambiando argumentos y evidencia científica para comprender la magnitud del problema y las posibles soluciones. Los medios de comunicación desempeñan un papel crucial al proporcionar información precisa y promoviendo un diálogo abierto. La opinión pública se forma a través de la deliberación informada y la búsqueda de consenso basado en la razón y la evidencia.



● Elisabeth Noelle-Neumann: Teoría de la Espiral del Silencio

Ejemplo: Opiniones políticas en redes sociales Supongamos que en una red social, la mayoría de los usuarios expresan su apoyo a un determinado candidato en una elección. Aquellos que tienen opiniones diferentes, especialmente si son minoritarias, podrían sentirse reacios a expresar sus puntos de vista por temor a ser excluidos o ridiculizados por la mayoría. Esta dinámica de la espiral del silencio lleva a un aumento en la visibilidad de la opinión mayoritaria, mientras que las opiniones minoritarias pueden quedar ocultas. A medida que más personas observan la opinión dominante, es más probable que se unan a ella por temor a la aislación.

● Carlos De Angelis: Teoría de la Comunicación Política

Ejemplo: Campañas políticas y manipulación de la opinión. Imaginá una campaña política en la que se difunden mensajes exagerados o información engañosa sobre un tema específico, como la inmigración. Estos mensajes podrían apelar a las emociones y prejuicios de las personas en lugar de proporcionar información precisa y equilibrada. Como resultado, la opinión pública puede verse influenciada por estas tácticas de comunicación política, y las personas pueden formar opiniones distorsionadas o polarizadas sobre la cuestión en cuestión. Los medios de comunicación desempeñan un papel al exponer o reforzar estas estrategias y cómo impactan en la opinión pública.



Estos ejemplos ilustran cómo los enfoques teóricos de Habermas, Noelle-Neumann y De Angelis se aplican en situaciones del mundo real y cómo cada enfoque arroja luz sobre diferentes aspectos de la formación y el flujo de la opinión pública.


Los enfoques teóricos de Habermas, Noelle-Neumann y De Angelis al contexto de Argentina para comprender cómo se forman y moldean las opiniones públicas en el país.

● Jürgen Habermas: Teoría de la Acción Comunicativa

En Argentina, un ejemplo de la teoría de la acción comunicativa de Habermas podría ser el debate sobre la legalización del aborto. Durante el proceso de discusión y deliberación en el Congreso y en la sociedad en general, se llevaron a cabo debates públicos, se presentaron argumentos basados en la ética, la salud pública y los derechos de las mujeres. Los medios de comunicación jugaron un papel importante al proporcionar información y presentar diferentes perspectivas. A través de estos intercambios racionales y discusiones informadas, la opinión pública se formó en torno a este tema crucial.




● Elisabeth Noelle-Neumann: Teoría de la Espiral del Silencio

En Argentina, podemos considerar la percepción pública de la corrupción. Si la mayoría de las personas sienten que la corrupción es un problema generalizado en la sociedad, aquellos que tienen opiniones diferentes podrían sentirse menos inclinados a expresar su confianza en las instituciones públicas. Esto podría deberse al temor de ser percibidos como apoyando la corrupción o enfrentando rechazo social. Como resultado, la espiral del silencio podría llevar a una sobreexposición de las opiniones negativas sobre la corrupción en lugar de una discusión más equilibrada.

● Carlos De Angelis: Teoría de la Comunicación Política

En Argentina, las elecciones presidenciales y las campañas políticas son momentos en los que la teoría de De Angelis podría aplicarse. Durante estas campañas, los candidatos y los partidos políticos utilizan estrategias de comunicación para influir en la opinión pública. Esto podría incluir la creación de mensajes persuasivos, el enfoque en ciertos temas para evadir otros, y la manipulación de la información para favorecer sus agendas. Los medios de comunicación también juegan un papel al exponer estas tácticas y ayudar a los ciudadanos a analizar críticamente las afirmaciones y las promesas de los candidatos.



Estos ejemplos demuestran cómo los enfoques teóricos sobre la opinión pública se aplican en el contexto argentino, mostrando cómo las discusiones públicas, la percepción social y las estrategias políticas contribuyen a la formación y la dirección de la opinión pública en el país.

Sobre la opinión pública en Argentina en relación con la deuda externa. Vamos a explorar cómo cada enfoque teórico podría aplicarse a este tema:

● Jürgen Habermas: Teoría de la Acción Comunicativa

En el caso de la deuda externa en Argentina, la teoría de la acción comunicativa se reflejaría en cómo se desarrolla el debate público sobre cómo manejar la deuda y sus implicaciones para la economía y la sociedad. Las discusiones podrían girar en torno a la responsabilidad del gobierno y las instituciones financieras internacionales, los posibles efectos sobre el bienestar de los ciudadanos y las alternativas para abordar la deuda de manera sostenible. Los medios de comunicación y los expertos económicos jugarían un papel importante al proporcionar análisis y argumentos racionales para ayudar a los ciudadanos a formar opiniones informadas.



● Elisabeth Noelle-Neumann: Teoría de la Espiral del Silencio

En el contexto de la deuda externa, las opiniones públicas podrían verse influenciadas por la percepción generalizada de que ciertas medidas son necesarias para cumplir con los compromisos de la deuda. Aquellos que tienen dudas sobre estas medidas podrían sentirse menos propensos a expresar su opinión, especialmente si perciben que la mayoría apoya las acciones necesarias para cumplir con los pagos de la deuda. Esto podría llevar a una espiral del silencio en la que las voces críticas sobre las políticas de endeudamiento podrían quedar en segundo plano.



● Carlos De Angelis: Teoría de la Comunicación Política

En relación con la deuda externa, la teoría de De Angelis podría aplicarse a cómo los partidos políticos y los actores económicos comunican sus propuestas y estrategias a la opinión pública. Durante debates electorales o en el contexto de decisiones clave sobre la deuda, los partidos políticos podrían utilizar discursos persuasivos para presentar sus visiones y soluciones. Los medios de comunicación tendrían la tarea de analizar y desglosar estas propuestas, ayudando a los ciudadanos a comprender las implicaciones de las políticas propuestas y cómo podrían afectar la economía y la sociedad en general.

En el tema de la deuda externa, como en otros, estos enfoques teóricos arrojan luz sobre cómo se forman y evolucionan las opiniones públicas en Argentina, teniendo en cuenta factores como la comunicación gubernamental, la percepción social y las estrategias mediáticas.


Aplicar estas teorías sobre la opinión pública a la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983) nos permitirá comprender cómo funcionaron estos enfoques en un contexto autoritario y represivo. Es importante señalar que durante esta dictadura, hubo una fuerte censura, represión y violación de los derechos humanos, lo que afectó drásticamente la formación de la opinión pública. Aun así, podemos analizar cómo estas teorías se manifestaron en ese período:

● Jürgen Habermas: Teoría de la Acción Comunicativa

Durante la dictadura, la teoría de la acción comunicativa habría sido muy limitada debido a la represión y la censura. La comunicación abierta y la deliberación pública eran prácticamente imposibles en un clima en el que se perseguía y silenciaba a aquellos que expresaban opiniones críticas. Los medios de comunicación estaban controlados por el régimen y se utilizaban para difundir propaganda y desinformación. La formación de una opinión pública genuina y basada en la deliberación democrática era prácticamente inexistente.



● Elisabeth Noelle-Neumann: Teoría de la Espiral del Silencio

En un régimen represivo como el de la dictadura, la espiral del silencio podría haber sido aún más pronunciada. Las personas que tenían opiniones contrarias al régimen o que estaban en desacuerdo con sus políticas represivas podrían haberse sentido extremadamente reacias a expresar sus puntos de vista en público. El temor a las represalias, la detención y la tortura habría llevado a un ambiente de miedo y conformidad, donde las voces críticas se apagarían por completo.

● Carlos De Angelis: Teoría de la Comunicación Política

En el contexto de la dictadura, la teoría de De Angelis se aplicaría en cómo la junta militar controlaba la información y la comunicación política. El régimen podría haber utilizado la manipulación de la información y la propaganda para justificar sus acciones y mantener una imagen positiva en la opinión pública internacional. La información sobre las violaciones de los derechos humanos y la represión podría haberse filtrado de manera selectiva o distorsionada para controlar la percepción de los eventos.



Es importante tener en cuenta que, en una dictadura represiva, las condiciones eran muy diferentes a las de una sociedad democrática, y las teorías sobre la opinión pública a menudo no se aplican de la misma manera. Durante la última dictadura cívico-militar en Argentina, el régimen buscó controlar y manipular la opinión pública a través de la censura y la represión, lo que limitó en gran medida la expresión libre y el debate abierto.


Sobre Jürgen Habermas

Autor: José María Carabante Muntada

Jürgen Habermas es uno de los filósofos y sociólogos vivos más importantes de la actualidad. Se ha dicho de él que es el teórico alemán más influyente después de Heidegger. Y con independencia de la verdad de este aserto, lo cierto es que la repercusión de su obra está fuera de toda duda desde que a principios de los sesenta viera la luz su primer ensayo sobre la opinión pública y, sobre todo, desde que en 1981 publicara una de las obras filosóficas más relevantes de la segunda mitad del siglo XX: Teoría de la acción comunicativa.

Heredero de la tradición marxista de la Escuela de Frankfurt, Habermas sintetiza y asimila diversas corrientes filosóficas —desde la fenomenología hasta la hermenéutica y el psicoanálisis—, proponiendo una nueva teoría de la sociedad. Filosofía y teoría de la sociedad se encuentran estrechamente relacionadas en su obra, en la medida en que han sido sus inquietudes políticas y sociales las que le han obligado a reflexionar sobre la racionalidad y a proponer un modelo discursivo de razón que sirve de fundamento para las diversas disciplinas científicas, pero que determina también un nuevo concepto de sociedad, replanteando con ello la ética, la política y el derecho.

1. Vida y obra

Nacido en 1929 en Düsseldorf, Jürgen Habermas se crió en la localidad de Gumbersbach, a la que fue destinado su padre como presidente de la Cámara de Comercio. Su infancia, como la de sus coetáneos, estuvo marcada por la experiencia del nazismo y por las necesidades económicas de un país que se apresuraba a iniciar su reconstrucción tras la II Guerra Mundial. Entre 1949 y 1954 estudió en diversas universidades (Bonn, Gotinga, Zúrich), adquiriendo una sólida formación en materias como filosofía, historia, psicología, literatura y economía. Tras doctorarse en la Universidad de Marburgo, trabó contacto con el Instituto de Investigaciones Sociales y fue asistente de Th. W. Adorno, uno de los líderes de la Escuela de Frankfurt.

Su contacto con la Teoría Crítica le sirvió para ampliar sus intereses intelectuales y adentrarse en dos corrientes de pensamiento que han marcado su obra: el marxismo y el psicoanálisis. Asimismo le ofreció un primer asidero profesional, no exento de polémica. En cualquier caso, con independencia de la adscripción de Habermas a la Teoría Crítica —algunos señalan que es la voz principal de la II Generación de frankfurtianos, mientras otros niegan su inclusión—, lo cierto es que en su trabajo se perfilan y se resuelven, como se verá, problemas planteados por sus primeros integrantes [Wiggershaus 1994: 537].

Además de su actividad como intelectual público, que le ha llevado a colaborar en los medios de comunicación, desde la publicación de su primera obra importante, Historia y crítica de la opinión pública, se perfila una trayectoria filosófica sistemática. Junto con esa obra, hay que destacar otros ensayos suyos como Teoría y praxis, Conocimiento e interés, Ciencia y técnica como ideología y Problemas de legitimación en el capitalismo tardío. En 1981 ven la luz sus dos tomos sobre la Teoría de la acción comunicativa, a los que siguen El discurso filosófico de la modernidad, Pensamiento postmetafísico, Conciencia moral y acción comunicativa, Facticidad y validez y el conjunto de los ensayos que recogen sus trabajos en publicaciones periódicas.

Habermas ha sido docente de varias universidades alemanas (ha pasado por Heidelberg y Marburgo, pero se jubiló en la Universidad de Frankfurt). Puede decirse que a partir de los años setenta se produce su reconocimiento profesional como filósofo: recibe el Premio Hegel de la ciudad de Stuttgart (1974) y el Premio S. Freud de la Academia de la Lengua y la Poesía de Darmstadt (1976). Desde las década de los ochenta ha recibido distinciones importantes en todo el mundo. Entre los diversos honores, destacan los doctorados Honoris Causa de la Northwestern University (1991), y de las universidades de Tel Aviv (1994), de Bolonia (1996), la Sorbona (1997), Cambridge (1999) y Harvard (2001). En 1995 recibe el premio Karl Jaspers de la ciudad de Heidelberg; en 2001, el Premio a la Paz de los Libreros alemanes y en 2003, el Premio Príncipe de Asturias.

2. Habermas y la Escuela de Frankfurt

La estrecha relación que existe entre la obra de Habermas y la labor realizada durante gran parte del siglo XX por el Instituto de Investigaciones Sociales obliga a realizar una breve referencia a las inquietudes intelectuales de la Escuela de Frankfurt, con el fin de ver cómo las líneas de trabajo de los primeros teóricos críticos marcan, desde el principio, la problemática filosófica a la que se enfrenta Habermas. De hecho, esos motivos han dirigido su investigación hasta tal punto que se podría decir que todo el proyecto de Habermas no consiste más que en una “reelaboración” de la teoría crítica. Ésta buscaba vincular la investigación científica con la crítica social, de forma que, rehabilitando una praxis de naturaleza marxista, el conocimiento de una determinada situación condujera a su propia reconducción emancipadora. Los integrantes de la Escuela de Frankfurt se dirigieron, por tanto, hacia Marx, pero supieron combinar la visión antropológica del marxismo con las intuiciones de Freud. No es de extrañar, pues, que concibieran las situaciones sociales como patológicas y que desde su perspectiva el saber social tuviera efectos terapéuticos.

Estos pensadores indagaron sobre las condiciones sociales y las determinaciones histórico-económicas de las teorías científicas —materialismo— y sobre las consecuencias políticas de las mismas. Propusieron una Teoría de la Modernidad crítica que subrayaba las contradicciones de este acontecimiento histórico-filosófico. En la ya famosa Dialéctica de la Ilustración, Horkheimer y Adorno buscaban explicar la génesis y desvelar la pavorosa naturaleza de un proyecto que, como el ilustrado, se proponía adelantar la emancipación y la liberación del hombre, pero que en lugar de ello condujo inevitablemente a unos sistemas políticos opresivos y totalitarios. La primacía del consumo y de las sociedades de mercado, en la posguerra, perpetuaban aquella dominación. A juicio de ambos autores, la Modernidad no había emprendido una senda equivocada, sino que ab initio constituía un proyecto ideológico de carácter paradójico o dialéctico.

Asimismo, Horkheimer profundizó en la noción de razón instrumental para explicar los fundamentos epistemológicos de la ciencia y de las sociedades modernas, pero ni él ni Adorno supieron encauzar su crítica hacia un paradigma alternativo de racionalidad. Según Habermas, la Escuela de Frankfurt incurrió en una aporía importante: ¿cómo denunciar un uso de la razón restringido si no se disponía de otro más amplio? Ante la imposibilidad de consolidar científicamente su crítica, Adorno terminó formulando una teoría estética y Horkheimer se encerró en un plantemiento cuasi-religioso.

El interés inicial de Habermas consistió en recuperar la teoría crítica, tal y como fue formulada en sus inicios, pero buscando fundamentarla científicamente, para lo cual era menester investigar sobre un modelo adecuado de razón y de ciencia que, además de aclarar el propio estatuto epistemológico de la teoría crítica, combinara el carácter científico de la reflexión social con sus pretensiones críticas y emancipatorias.

Carlos F. De Angelis

Es sociólogo, profesor de Sociología de la Opinión Pública y docente en Metodología de la Investigación Social (Facultad de Ciencias Sociales, UBA), director del Programa de Actualización en Opinión Pública y director de Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (UBA). Investigador y consultor en temas de opinión pública y estilos de vida. Publicó Radiografía del voto porteño (Atuel, 2009) e Investigación social para el análisis de la Opinión Pública el Comportamiento Electoral (Antigua, 2014). Asimismo se desempeña como panoramista político de diario Perfil y es colaborador en diversos medios de comunicación social.

El sociólogo Carlos De Angelis afirmó que hay una "nueva opinión pública" que comenzó a gestarse en la década del '90, en la que "tienen un rol importante" los sentimientos, y señaló que por eso "las publicidades políticas apuntan a la emoción del público" y "ya no hay más discusiones sobre las propuestas".

"Hay una nueva opinión pública que va mutando muy rápido, que se está buscando con tecnología como el big data tratar de entenderla", expresó De Angelis en declaraciones a Télam.


*Elizabeth Noelle Neumann

La Espiral del silencio. Opinión Pública: nuestra piel social de la alemana Elizabeth Noelle Neumann[1], que persigue como objetivo desgranar el proceso social que se desarrolla alrededor de un tema de interés público. El libro de Noelle Neumann describe el proceso y cuáles son las determinaciones que individuos, grupos, ambiente social y medios de comunicación generan en la interrelación cotidiana y alrededor de dicho tema, y que acaban solidificando en una determinada opinión pública.

Para Noelle Neumann la opinión pública no es la simple suma de opiniones individuales ni las opiniones mayoritarias en términos estadísticos, o en todo caso su poder no radica ahí. Su poder social radica en que en el mismo proceso de formación se van conformando las opiniones individuales. Para este modelo el catalizador y determinante del proceso de formación de la opinión pública es la interacción entre individuo y grupo o, de manera más general, entre individuo y ambiente.

La opinión pública: la espiral del silencio y el control social.

Los trabajos empíricos de la autora comienzan con una anécdota protagonizada por una de sus estudiantes y que la impulsó a desarrollar la hipótesis de “la espiral del silencio”. A finales de los años ’60, en un contexto eleccionario alemán, se encontró con una de sus alumnas, que llevaba un pin de un partido político. “No sabía que fueses partidaria de los cristiano-demócratas”, le preguntó. “No lo soy, sólo llevo este pin para ver lo que pasa”. Horas más tarde Neumann volvió a encontrarse con ella, pero esta vez no llevaba el prendedor. Cuando le preguntó la causa la estudiante le contestó: “Fue horrible”.

Para la autora, la formación de la opinión pública se forma alrededor de un proceso en espiral, donde las opiniones mayoritarias silencias a las minoritarias. Por tal motivo son importantes para la teoría tópicos como el clima de opinión y el miedo al aislamiento. La gente tiene la capacidad de captar el “clima de opinión”, es decir, cuál de estas fuerzas es más explícita.

Por un lado, están las personas convencidas de sus ideas, llevando adelante un plan en el que lo principal es expresarse de la manera más abierta posible y defendiendo a toda costa sus puntos de vista. Por otro, aquellos que rechazan esta postura, primero se sienten marginados y luego se retiran de escena, callando su opinión. En palabras de Noelle-Neumann, “el clima de opinión depende de quién hable y quién permanezca en silencio”.[2]

Un cambio en la postura de los medios implica también una variación en la evaluación del clima de opinión, a su vez, esto último, incide en las actitudes personales, modificándolas. De esa manera, la conducta - la disposición a expresarse- se adapta a la evaluación del clima de opinión pero, recíprocamente, también influye en las evaluaciones del clima de opinión en un proceso de retroalimentación que inicia un proceso de espiral.

Dentro de este concepto es importante destacar el papel del miedo al aislamiento, que traerá como consecuencia la caracterización de la opinión pública como control social. El miedo al aislamiento, no es otra cosa que dejarse influenciar al punto de descartar la propia opinión para dejarse llevar por la de la mayoría y así evitar el ser excluido del grupo. El hombre como ser social no puede, ni debe, permanecer aislado del grupo por lo que a partir de la confirmación de la hipótesis de la espiral del silencio se llega a un segundo supuesto correlativo que es el adaptarse para evitar la exclusión.

Pero debe tenerse en cuenta, que los que se sienten aislados formarán parte del vuelco de último minuto.

Para arribar a estas conclusiones, la autora utiliza dos caminos: los fundamentos teóricos y los metodológicos. En cuanto a los primeros, rastrea en la historia de las ideas y encuentra algunos pensadores que reafirman sus puntos de vista. Estos son: Montaigne, Rousseau, Lippman y Luhmann. Con respecto a los fundamentos metodológicos utiliza experimentos de campo. Estos, al contrario de los de laboratorio, tienen la ventaja de que los sujetos permanecen en su marco natural. Los test de laboratorio pueden excluir aspectos de la vida real decisivos en la conducta que se pretende investigar.

Neumann se enmarca dentro de los enfoques que caracterizan a la opinión pública como control social. En esta perspectiva puede vérsela como la promoción de la integración social y la garantía del consenso necesario para que se basen las acciones y las decisiones.

La espiral del silencio afecta a todos los individuos de la sociedad, y no a un pequeño grupo informado y capaz de producir argumentos razonables.

No tiene en cuenta la calidad de los argumentos, sino cuál de los dos (o más) grupos en que se divide la sociedad tiene la fuerza suficiente para amenazar al otro con el aislamiento.

La desaprobación con la que se castiga la conducta desviada no es racional, sino que es una reacción de la comunidad para mantener la cohesión y el consenso de valores. Se vincula a las funciones latentes, definidas como “las consecuencias objetivas que contribuyen al ajuste o a la adaptación del sistema no pretendidas ni reconocidas por los participantes en el sistema”.[3]

Neumann también señala que otra corriente, que nace a fines del siglo XVIII con la Ilustración, ve a la opinión pública como un proceso racional. Presenta dos aspectos importantes: está basada en el debate de ideas y permite la toma de decisiones en democracia. Por otro lado, se vincula con las funciones manifiestas, aquellas que son pretendidas y reconocidas.

Las principales diferencias con respecto a la opinión pública entendida como control social pueden resumirse en los siguientes apartados:

✔ En cuanto al concepto de “público”, la teoría democrática sostiene que este término se refiere a los contenidos de cada tema, siendo estos de carácter político. La visión de la opinión pública como control social interpreta este concepto como el “ojo público rousseauniano”.

✔ Difieren en la concepción de “opinión”. En la primera corriente, son puntos de vista y discusiones individuales. Para la segunda, es todo lo que expresa en público una opinión relacionada con valores (por ejemplo prendedores y calcomanías).

✔ Con respecto al papel de las encuestas, la teoría democrática insiste en la ineficiencia de esta metodología porque conceden el mismo peso a las opiniones de personas informadas y desinformadas. Por otro lado, para la teoría del control social las encuestas son de utilidad porque todos los miembros de la sociedad participan en el proceso de la opinión pública. Sin embargo es necesario incluir preguntas que permitan analizar el clima de opinión.

En la línea de pensamiento de esta autora, la opinión pública es aquello que cada sociedad opina sobre su forma de gobierno, es la guía social para la acción de cada individuo en su sociedad (modas, los principios morales, buena reputación) y las formas en que se castigan las conductas desviadas.

Sin embargo, debemos poner énfasis en que la espiral del silencio sea un fenómeno comprobable e intrínseco a la formación de la opinión pública, no implica que sea el factor que la caracterice como tal. Como dice Noelle Neumann, el proceso que nombra no es exclusivo de la política y se da en cualquier situación social. La no jerarquización de esas situaciones en la conformación de la opinión pública es uno de los motivos que nos obliga a dejar su hipótesis de lado. A nuestro entender, esta autora comprueba un aspecto psicológico, pero deja de lado por completo los mecanismos complejos por los cuales se construye el sentido y circula el poder en sus más variadas dimensiones, como lo son la política, la economía, la social y la comunicativa. Es decir, deja de lado los entrecruzamientos de poder.

Por otro lado, el ser humano suele contradecir sus palabras con sus pensamientos y también con su voto. Si bien el miedo al aislamiento es comprobable, no así el grado de importancia que adquiere este fenómeno con respecto a otras variables. Su grado de incidencia hasta ahora, resulta difícil de cuantificar.


La cuestión de los estereotipos

Neumann sostiene que avanzado el siglo XX, Walter Lippman, fue uno los pioneros en reflotar el significado del término opinión pública y sus dinámicas. Al identificar la piedra angular del término: la cristalización de las concepciones y las opiniones en <estereotipos > con carga emocional. “Los estereotipos favorecen la eficacia de los procesos de opinión pública. Se extienden rápidamente en las conversaciones y transmiten inmediatamente asociaciones negativas o, en algunos casos, positivas. Orientan la percepción, atrayendo la atención sobre algunos elementos –normalmente negativos- y produciendo una percepción selectiva”.[4]

En Lippmann no hay una valoración negativa de los estereotipos, por el contrario, entiende que es un mecanismo eficaz para que las personas puedan conocer muchos temas y no conformarse con un horizonte restrictivo.

Los estereotipos y los prejuicios son tópicos sustanciales del análisis político. Son imágenes de nuestra mente que favorecen la eficacia de los procesos de opinión que “nos permiten encasillar, tipificar fácilmente a todo el mundo”.[5] Los estereotipos también actúan como <mecanismos de reducción de la complejidad>, creando pseudoentornos (Luhmann).

Neumann entienden que Lippmann “capto agudamente la diferencia entre las percepciones que obtienen las personas de primera mano y las que proceden de otras fuentes, especialmente de los medios de comunicación”

Conocer la realidad de manera estereotipada supone una selección de la realidad, un recorte. En este contexto, lo que no se cuenta, existe. En la mirada de Lippmann la observación de los hechos está filtrada incluso moralmente por puntos de vista selectivos, puntos de vistas guiados por estereotipos.

Sin embargo, para Neumann el mayor logro de Lippmann es mostrar cómo se transmite y cómo se impone la opinión pública. “El estereotipo sea negativo o positivo, es tan conciso y tan poco ambiguo que permite a todos saber cuándo hablar y cuándo quedarse callado. Los estereotipos son indispensables para poner en marcha los procesos de conformidad”.[6]


Se puede ampliar el tema en

Democracia y Opinión Pública; pp. 24-31. Disponible en

[1] Noelle-Neumann, Elizabeth. La espiral del silencia. Nuestra piel social. Editorial Paidos. Buenos Aires, 1993. [2] Noelle Neumann, E. Op.cit; p.234. [3] Noelle Neumann. E. Op.cit; p. 280. [4] Noelle-Neuman. Op. Cit; p. 191 [5] Rodrigo Alsina, Miguel. “Etnocentrismo y medios de comunicación”, en Voces y Cultura. Revista de Comunicación, n°10, p. 52,II Semestre. España. 1996. [6] Noelle-Nueman. Op. Cit; p. 198.

 
 
 

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