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E3: LITERAL

  • talleresrn3
  • hace 5 días
  • 2 Min. de lectura

Todo empezó el viernes por la mañana, eran como las diez a. m. LITERAL. Todo iba bien hasta que agarré el celu y me di cuenta de que me habían dejado de seguir 30 PERSONAS EN INSTA. LITERAL.

Pensé: “Bien, de esta manera voy a llegar rápido a los diez mil seguidores.” No lo podía creer, LITERAL. Pasé todo el día pensando en esto, en cómo podía hacer para recuperar mis seguidores.


Le marqué a Soruyo, que es un experto en redes, LITERAL. Tiene más de diez mil seguidores y miles de “me gustas”: el sueño de todo influencer. Me dio un par de consejos, pero ninguno me sirvió: solo recuperé dos de los treinta que había perdido.


Empecé a desesperarme. Preferiría estar preso antes de perder un seguidor más. Esto me llevó a casi tomar una de las peores decisiones, LITERAL: cometer fraude.


Scrolleando por internet encontré al dios de las páginas web, mi salvación de influencer, LITERAL: una página que vendía seguidores y likes. Estuve a punto de comprar… pero me di cuenta de que el Instagram en el que había perdido seguidores EN REALIDAD NO ERA MÍO. Y ahí me volvió el alma al cuerpo, LITERAL.


Todo esto me hizo acordar al día en que mi hermana perdió su cuenta de OnlyFans, LITERAL. Yo, de tanta risa, pensaba: “Uf, así vas a llegar muy lejos.” Y ella, con cara de felicidad, me decía: “Y vos serás el mejor influencer lejos, LITERAL.”


Al final nos dimos cuenta de que era mi mamá la que le había quitado su cuenta de OnlyFans. Se ve que estaba muy contenta con el “trabajo” de mi hermana, LITERAL.

 
 
 

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