E5: El bosque de los susurros

En lo más profundo del bosque esmeralda, los susurros de secretos se mezclaban con el viento. Solo aquellos con el corazón puro podían comprenderlos. 

Lía, una niña curiosa de 10 años, había crecido escuchando las historias que le contaba su abuela sobre el bosque. “Si aprendés a escuchar, el bosque te hablará”, le decía siempre. Sin embargo, aunque pasaba horas entre los árboles, solo oía el murmullo del viento. 

Una tarde, mientras exploraba un sendero desconocido, encontró en el suelo una hoja dorada. En cuanto la tocó, una voz suave susurró en su oído: “Lía, el bosque necesita tu ayuda. La fuente de la vida se está secando”. Lía miró a su alrededor; no había nadie. Con el corazón latiendo rápido, siguió el camino que marcaba la hoja dorada, que flotaba en el aire. 

Después de caminar un buen rato, llegó a una fuente donde el agua apenas goteaba y las plantas estaban marchitas. Sentado sobre una roca, un búho de plumas plateadas la observaba con ojos brillantes. 

—Sabía que vendrías —dijo el búho con voz grave. 

—¿Por qué se está secando la fuente? —preguntó Lía—. Nadie sabía la razón. 

Lía corrió hasta su pueblo y pidió ayuda. Los vecinos la acompañaron, plantaron muchísimos árboles y construyeron un canal por donde pudiera correr el agua. Con el tiempo, el bosque recuperó todo su brillo. 

Desde entonces, Lía es conocida como “la guardiana de los susurros”. sque recuperó todo su brillo. 

Desde entonces, Lía es conocida como “la guardiana de los susurros”. 

Taller de Lengua. 3° TM.