Justicia en Ruinas: un Sistema Lento, Corrupto y al Borde del Colapso
- talleresrn3
- 27 mar
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El sistema judicial en Argentina a lo largo de la historia del país ha tenido múltiples falencias y discrepancias, problemas que claramente generan desconfianza en el ciudadano, ya que, con razones justificadas, se empieza a relativizar el poder de la justicia y su eficacia, en el caso de que necesites acudir a ella. En mi opinión, el sistema judicial se ha manchado demasiado, aquel que tenga que acudir en su ayuda, sabe que se enfrentará a una gran ineficacia y corrupción, a un largo y lento proceso, lleno de trabas y obstáculos. Pero, también, es una realidad que mejorar el sistema judicial conlleva una tarea muy difícil, ya que contiene demasiados problemas. Complicaciones que vienen sucediendo desde, prácticamente, que se creó.
En primer lugar, es crucial abordar la ineficacia en la justicia, uno de los más grandes obstáculos. Los retrasos en los juicios, la congestión de casos y la falta de personal capacitado, contribuyen a la ineficacia del sistema, genera una gran desigualdad para aquellos sectores más vulnerables de la sociedad, que no pueden acceder a un juicio rápido y eficaz, debido al colapsado sistema jurídico. Pienso que quizás, una digitalización más eficiente de los procesos judiciales o el fortalecimiento de métodos alternativos para la resolución de disputas, como la mediación o el arbitraje, podrían ser una solución para la gestión lenta e ineficaz y para la sobrecarga de los tribunales.
Aunque, viéndolo desde una perspectiva económica, el sistema judicial requiere una gran inversión en infraestructura, en personal y tecnología, ya que con eso podría funcionar adecuadamente para todos los ciudadanos y para aquellos que ejercen un rol en este sistema. Pero también, la falta de salarios justos imposibilita que el último grupo mencionado haga un trabajo idóneo y correcto, ya que muchas veces por culpa de esto, suelen caer en la baja moralidad, y en algunos casos, la corrupción. Además, la deficiencia de acceso a la justicia de forma gratuita o de bajo costo, genera aún más desigualdad, ya que reduce la posibilidad que deberían de tener todos de hacer valer sus derechos. Todo esto se podría solucionar si el gobierno interviniera, haciendo cosas como darle más importancia a la justicia y hacer algo para que esta misma sea justa e imparcial, pero, citando a Martín Caparros ¿Cómo pretendemos que algo cambie si solo vivimos en una constante esperanza?
Como último tema, podemos mencionar el cómo el poder judicial está enormemente influenciado por la política, que, aunque es evidente que la política tiene que ver en casi todos los aspectos sociales, no se puede negar que por responsabilidad de esta misma es que se cometen tantas infracciones, y, a su vez, afecta a su efectividad al ser poco independiente. Esto se traduce en un sistema en el cual los políticos pueden prevalecer sobre la imparcialidad y la justicia, lo cual claramente nos deja desprotegidos y a voluntad de quien quiera vulnerar nuestros derechos como ciudadanos.
En conclusión, claramente se puede mejorar este sistema si todos intentamos involucrarnos y reprochar estas injusticias, pero, como dice el filósofo y sociólogo Juan José Cebrelli, no importa cuánto cambiemos como sociedad, si las autoridades no toman cartas en el asunto, nada mejorará.
Renata Parra
Taller de Comunicación
Prof.: Prieto/Tomaselli
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