En ocasiones, la adolescencia se ve marcada por la curiosidad, una especie de "efervescencia emocional", o incluso un interés momentáneo en la violencia, como si esta fuera la solución a sus problemas. Este fenómeno puede ser influenciado por diversos factores, desde la exposición a videojuegos y películas hasta la presión negativa del grupo, el consumo problemático de sustancias, la historia de vida personal, la falta de apoyo emocional y la carencia de habilidades para la resolución de conflictos, entre otros desencadenantes. Sin importar cuál sea la causa aparente, es evidente que la violencia no se reduce a un único problema subyacente.
Usar la violencia para resolver problemas no es la manera correcta de reaccionar. Primero, es peligroso y, además, podría lastimar a varias personas. Segundo, ¡puede meter a los involucrados en problemas legales serios! Además, la violencia no es la forma de solucionar las cosas ni de llevar una vida feliz.
¿Qué se debe hacer desde la ESI?
Desde una perspectiva de Educación Sexual Integral, es importante aprender a manejar los sentimientos y conflictos de una manera más sana. La ESI ayuda a comprender las emociones, a comunicarse mejor y a cuidar del otro.
¿Qué pasa dentro de la Escuela?
Desde el Ministerio de Educación provincial lo que se pretende es fomentar el trabajo de convivencia. Además, se propone que el Espacio de Vida Estudiantil se convierta en el momento propicio para que los estudiantes participen activamente, aborden situaciones complejas, compartan sus perspectivas y discutan temas de su interés.
"Todas las temáticas relacionadas con los estudiantes son abordadas siempre desde la perspectiva de la pedagogía del cuidado", sostiene Liliana Leguizamón, referente territorial del Programa de Educación Sexual Integral de la Prov. de Río Negro. Además, agrega, que desde la escuela se tiene confianza en que se pueden "promover acciones reparadoras que brinden enseñanzas significativas".
“No hay que alentar la estigmatización, el juzgar. Hay un montón de cosas que se trabajan en las situaciones de complejidad (…) nunca un estudiante que tiene algunas conductas digamos ‘disruptivas’ es visto como un problema, sino que esa misma situación nos puede estar diciendo que este estudiante necesita ayuda”, agregó.
No puedo evitar la violencia
Si te sentís atraído por la violencia, ¡habla con alguien de confianza! Puede ser un adulto, un amigo o alguien de la escuela o, bien, podés llamar o chatear con el 102. Acompañado se puede aprender a lidiar con los problemas de una manera más segura y saludable.
Nota de Opinión
Lengua y Literatura 4°
Prof. Pablo Prieto
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